viernes, 8 de enero de 2010

BOGOTA CULTURAS URBANAS.


Poseurs, Skinheads, Raperos, Metaleros, Rastafaris, Góticos, Punks, Bikers, Skaters, Rollers, Emos, Mis amigas Ana y Mia, LGBT’s, Jipis, Yupis, indígenas e indigenistas, cristianos, científicos sociales y pueblos exóticos, inmigrantes, gentes notables y ciudadanos del común son, unos cuantos de tantos grupos humanos, que pueden englobarse en el concepto general de ”Culturas Urbanas” y con todo, no puede estar seguro el observador atento de comprender en su totalidad el significado de la vida en la ciudad de Bogotá.

Habrá que pensar en cómo ha cambiado el significado y la importancia de lo urbano desde 1538, cuando sólo doce chozas con ciento treinta españoles dentro y en la periferia; todo el pueblo Chibcha recién conquistado en la sabana hacían ciudad, hasta la actualidad, en que aproximadamente el sesenta por ciento de los habitantes del país se hallan urbanizados; contando la capital en el 2008 con 7´609.424 personas procedentes de las regiones más exóticas de la propia geografía colombiana y también de parajes recónditos del mundo entero, asentados todos ellos en localidades tan disimiles entre sí, que constituyen la antonomasia de las urbes modernas en cuanto a polifuncionalidad se refiere (Patrimonio histórico, industrial, comercial, gastronómico, cultural, artístico, de diversión etc.)

Si bien el concepto de “Culturas Urbanas” en su sentido más clásico alude a grupos humanos generalmente de jóvenes, entre los trece y treinta años, que buscan una diferenciación, marginalidad o alternativa a la estructura social dominante; con la finalidad de obtener una identidad propia, que se ve expresada en ideologías, gustos musicales, comportamentales, deportivos y de vestuario, hay también que observar con énfasis, que dicha heterogeneidad o diversidad sociocultural contenida en la ciudad, es el resultado de distintas etapas de su desarrollo; su carácter histórico con interés artístico y turístico. El desarrollo industrial que reorganizo de formas diferentes el uso del territorio. La evolución de procesos transnacionales posindustriales de empresas financieras, informáticas y de servicios que reordenaron la apropiación del espacio, los desplazamientos y hábitos urbanos, así como la inserción de Bogotá en redes supranacionales.

La convivencia de dichos periodos en la actualidad genera heterogeneidad multitemporal, en la que ocurren procesos de hibridación, conflictos y transacciones interculturales densas y en extremo complejas, siendo más cercano al estudio de la naturaleza de las “Culturas Urbanas” el método gaussiano que el cartesiano. Hace sólo medio siglo las megalópolis eran excepciones. En 1950 sólo dos ciudades en el mundo: Nueva York y Londres, superaban los ocho millones de habitantes. En 1970 ya había once de tales urbes, cinco de ellas en el llamado tercer mundo, tres en América Latina y dos en Asia. Para el año 2.015, según las proyecciones de las Naciones Unidas, habrá 33 megaciudades, 21 de las cuales se hallarán en Asia. Estas megalópolis impresionan tanto por su desaforado crecimiento como por su compleja multiculturalidad, que desdibujan su sentido histórico y contribuyen a poner en crisis las definiciones con que se pretende abarcarlas a ellas y a sus gentes. Una lectura de la historia de las teorías urbanas, en este siglo, que tomara en cuenta los cambios ocurridos en Bogotá nos haría verla como un conjunto de intentos fallidos o insatisfactorios. Más que soluciones o respuestas estabilizadas, hallamos una sucesión de aproximaciones que dejan muchos problemas irresueltos y serias dificultades para prever las transformaciones y adaptarse a ellas.

En realidad, no se está necesariamente ante la reformulación obligada en la identidad personal de cada individuo por estos cambios de la multiculturalidad y la segregación, de lo local y lo global, que se manifiestan con particular fuerza en las grandes urbes como Bogotá. Las incertidumbres acerca de qué es la ciudad y cómo abordarla, compartidas por la mayoría de perspectivas sociales, exigen reorientar el conjunto de los esfuerzos comunicativos urbanos. Estos esfuerzos comunicativos son, en sí mismos, una ocasión propicia para examinar las condiciones presentes de las fibras y los tejidos inter o transculturales, las condiciones teóricas, de postura y metodológicas en las que los saberes parciales pueden articularse para una convivencia armónica y amable para todos los bogotanos así como generosa y abierta a la globalidad en la cual están engastados.


© Fabricio Franco Talero +57(311)811 85 35
Fuente: http://www.unesco.org/issj/rics153/canclinispa.html ;
DANE. Proyecciones Municipales 1985-2016: Total ciudad
DAPD, Subdirección de Desarrollo Social, Área de Desarrollo Humano: Estimaciones por localidad; www.sdp.gov.co

2 comentarios:

  1. pues le cuento para solucionar habeces los conflictos que ocurren entre las diferentes culturas urbanas.
    es primero que todo organizacion osea ubicar los iguales de ideologias o cultura en un espacio y tiempo semejantes a sus culturas,brindandoles calidad de vida y diversion sin preocupacion de posibles conflictos por las diferencias de culturas o ideas o ceencias que hay en la desorganizacion o mezcla de la diversidad de culturas urbanas,en espacios publicos y privados.

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  2. Ese es un gran ideal Marcelo, concuerdo con usted en que al mundo se le debe hallar un orden superior, poco a poco con mucho trabajo, mucho estudio y mucho experimentar, de seguro llegaremos a construir esquemas sociales mejor constituidos.

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