jueves, 21 de mayo de 2009

Sobre el Autor.

Oriundo de la capital Colombiana, cachaco por herencia, escéptico por academia y conversador por antonomasia; presentó desde muy niño una naturaleza muelle y dócil, alegre y dicharachera, analítica y epigramática; profundamente atraída por el misticismo, decantada por el cientificismo y enriquecida a través de el espíritu artístico propio de la ascendencia materna y la practicidad natural de la familia paterna.

Curso estudios primarios y secundarios hasta octavo grado en el colegio de la renovación carismática católica El Minuto de Dios en Bogotá, fundado por el padre Eudista Rafael García Herreros. En el tercer año de bachillerato la eventualidad de sus mocedades y la aparición de los primeros amores, aunado esto al concurso de ideas aventureras que de su imaginación puestas en marcha, se hacían notar en la forma de una marcada indisciplina y persistente desaplicación, le mereció la expulsión de dicho plantel, para ingresar subsecuentemente a las filas de un colegio militarizado, bajo la tutela del Batallón de Fusileros de Infantería de Marina No. 7 - FFMM BAFIM#7 - donde recibió la instrucción que atañe al servicio militar, además de las correspondientes asignaturas, de la formación académica convencional en los años subsecuentes hasta el término de su formación como bachiller. En su paso por las aulas estudiantiles, reluce un gusto por la lúdica y una gran habilidad para generar canales comerciales, que en su momento, fueron censurados por las administraciones que le correspondieron.

A los diez y nueve años, con la tinta aún fresca en el diploma como Bachiller Militar, desea enrolarse en la Armada Nacional, para dar aire al fuego de soldado incubado en los juegos de su infancia, aspiración que solo tendría materialidad un año después al ser admitido como cadete de la Escuela José María Córdoba del Ejercito Nacional. Durante este año de receso de las aulas, se desempeña tres meses como vigilante incognito del supermercado local El Bodegón y luego con ayuda de un familiar cercano, trabaja como mensajero interno Del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, en La oficina de Estudios Económicos Internacionales, durante la Cancillería de María Ema Mejía; allí decanta los tratos diplomáticos y la observancia de los protocolos.

Habiendo allanado el fogoso imaginario del niño con las crudas realidades de su grado como Subteniente de las fuerzas militares, decide asumir, la baja auto decretada de las filas y arriesgarse en una empresa nueva. En estos términos, inicia estudios en La Facultad de Ingeniería de Sistemas del Politécnico Grancolombiano. Sobre el sexto semestre de esta carrera, giros imprevistos e intempestuosos, le arrojan en el curso de sucesivas crisis económicas y sentimentales que le llevan a replantear nuevamente los fundamentos mismos de su accionar y a la concreción de objetivos más acordes con una realidad particular, que con el paradigma convencionalmente aceptado. Formando parte con esto, de las estadísticas de deserción universitaria, capitalizo, como bien lo aclara en múltiples ocasiones; “cultivo el oficio de la irreverencia y la manía de la apostasía; entiendo la fecunda necesidad de la herejía para crear libertad y la imprescindibilidad de la libertad para forjar humanidad”. Apoyado en la simpatía con la que le obsequiaran algunos maestros del campus universitario, la entrada a proyectos externos en convenio con el mismo; participo como docente en las áreas de capacitación tecnológica del plan de reinserción a la vida civil, emprendido por el gobierno de Álvaro Uribe Vélez a través Del Ministerio del Interior y de Justicia; dicho proyecto concentraba en un mismo espacio y tiempo, es decir, en una misma aula de clase, personas provenientes de frentes armados diversos y antagónicos del clima político Colombiano, con situaciones socioculturales también contrastantes. Sobre este punto anota: “El pasmoso, desinteresado e hipócrita horror con que algunas gentes férreamente se plantan cara a la Guerra, hace que le den conveniente y complacientemente la espalda, a una Paz justa para todos”.

Aplicando a trabajos propios de la ingeniería, remunerados por empresas del sector privado, respiro económicamente tres años, trabo amistad con ciudadanos hijos de una pujanza pretérita y constante en la búsqueda de un mundo y una vida mejor. Empezó lentamente a elaborar durante este periodo de su vida, una visión en sus escritos; a destajo, cruelmente optimista, laboriosa y burleteramente feliz de la existencia. Condición esta que se ensombreciera gradualmente desde los últimos años del bachillerato, teniendo su máxima entropía durante los albores de esta misma catarsis. Actualmente, ha incursionado en las artes escénicas, se encuentra vinculado a grupos de experimentación teatral y equipos de producción de cine y televisión empeñados en la exploración del círculo sensorial, psicológico y emocional del hombre como individuo y en su conjunto; encontrando las fronteras expresivas y textuales que logran abrir el corazón y la mente a la trascendentalidad.

© Fabricio Franco Talero +57(311)811 85 35

3 comentarios:

  1. muy interesante como conto su historia personal se nota que tiene riqueza del habla y escrita tiene que explotar mas ese don,chao

    ResponderEliminar
  2. KIUBO señor como va con el concepto de la auto re-elaboracion personal en el ambito de lo contradictorio hacia lo que en verdad sucede, y como va con lo de sus aventuras violentoamables con varias chicas.

    ResponderEliminar
  3. http://textocriticatexto.blogspot.com/2009/06/auto-reelaboracion.html

    ResponderEliminar